Amor y Temor

 Déjame preguntarte:  ¿Vives desde el Amor o desde el Temor?

¿Sabes? Una de las grandes lecciones que la vida me está enseñando, sobre todo ahora que estoy ejerciendo la profesión de Life Coach, es que las personas, cuando somos adultas y nos toca abordar los cambios y la incertidumbre, tenemos el gran reto de liderar nuestra vida desde el bando de donde nunca deberíamos haber salido y al que tanto nos cuesta regresar: el Amor.

Porque en la vida sólo hay dos opciones, dos bandos, dos maneras de vivir: el bando del Temor y el del Amor. Así, tal cual. Así de simple. Y así de complejo, al mismo tiempo.

Ese es el gran «Qué» de la felicidad humana, que suele residir en las personas que, consciente o inconscientemente, han optado por vivir el máximo tiempo posible en el segundo bando, el del Amor.

Pero… ¿Qué significa eso de «Vivir desde el Amor» y «Vivir desde el Temor?

«Vivir desde el Amor» es lo más parecido a adoptar la actitud de una criatura de dos años, que no es más que Amor en estado puro. Si prestas atención, te darás cuenta de que un niño o niña de esa edad vive siempre centrado en el aquí y en el ahora. Cuando necesita llorar, llora, y cuando tiene ganas de reír, simplemente ríe. Se enfadará con su hermano mayor, quizás también con su mamá y hasta con su amiguito de la escuela infantil, pero en breve los habrá perdonado, porque se ama a sí mismo y ama a los demás incondicionalmente. Su estado natural es la risa y la curiosidad. Cuando quiere algo, lo persigue y, si no puede alcanzarlo, lo pedirá con humildad y decisión. No existe el concepto culpabilidad, en un crío de sólo dos años. Y el miedo, si surge, sólo es puntual e instintivo.

El amor engloba actitudes como la Consciencia, la compasión, la asertividad, el respeto, el entusiasmo, la disciplina o la firmeza. Entran en el paquete del temor la rabia, la envidia, la agresividad, la culpabilidad, el miedo o la venganza.

 A “Vivir desde el Amor”, desde nuestro niño, en el mundo de la Psicología y del Coaching lo llamamos vivir desde el «Ser».

Vivir desde el amor es vivir en ausencia de temor, es entender que todos somos uno, y todo se origina des del bien, por lo tanto, somos amor y no hay nada que temer. Es un retorno a casa, un estado de consciencia adquirido después de un proceso largo y lento de crecimiento.

Pero… ¡Ay!… Ese niño o niña de dos años poco a poco irá creciendo y una multitud de experiencias y aprendizajes en forma de creencias absurdas, emociones limitantes y comportamientos forjarán su personalidad y darán vida a un monstruo llamado «Ego». El gran Saboteador, la bestia, el «Yo falso», representado por una infinidad de corazas y máscaras que actúan en nuestro lugar y pretenden protegernos y aleccionarnos sobre aquello que nos rodea.

El “Ego”, nuestro monstruo, se mueve en Piloto automático, muy ágilmente y con mucha comodidad, en el territorio del Miedo, y sus comportamientos preferidos son la queja, el victimismo, el rencor, el miedo, la culpabilidad, la fuga, la auto-exigencia y el juicio. Le encantan las obligaciones y sus expresiones favoritas son «No puedo», «Tengo miedo», «Tengo que», «Necesito» y, sobre todo, adora las excusas y los «peros».

Sin embargo, cuando vivimos desde el Amor vivimos en el momento presente y desde la absoluta consciencia. Agradecemos cada día lo que somos, lo que tenemos e incluso lo que no tenemos. En el modo Amor no juzgamos, cuestionamos todas nuestras creencias, entendemos que todo es relativo y vivimos en la aceptación absoluta de quienes somos y de lo que nos pasa. Protestamos y actuamos, pero no nos quejamos. Nos perdonamos y perdonamos a los demás, incondicionalmente. Nos amamos, también sin condiciones, y tenemos plena confianza en nosotros mismos y en que la vida nos dará lo que necesitemos justo en el momento en el que lo necesitemos.

Vivir desde el Amor es saber que nos merecemos lo mejor, es saber que ya somos abundantes, porque somos seres completos y llenos de recursos, y no necesitamos encontrar la felicidad y el amor en el exterior, ni en los bienes materiales, ya que ya somos felicidad en esencia. Vivir desde el Amor es vivir sin resistencias, disfrutando en cada momento de la presencia de las personas y de las cosas, pero sin apegarse a ellas ni necesitarlas de manera ansiosa. Y sí, vivimos en el Amor, cuando somos conscientes, aceptamos, amamos y perdonamos a nuestro «Ego», porque forma parte de nosotros, de nuestra todalidad como seres humanos.

Así es. Sólo dos bandos. Sólo dos, que forman la totalidad de nuestra persona. El «Ego» y el «Ser». El Miedo y el Amor. La Tristeza y la Alegría.

Elegir desaprender para volver a aprender a «Ser». Este es el gran «Qué».

Y tú… ¿De qué bando estás? Me encantaría que me lo contaras.

Con gratitud y desde el Amor,  incondicionalmente,

Pere

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