¿Cómo regresar al gozo de vivir?

Si la pregunta te resuena o despierta en ti alguna inquietud, es que seguramente el gozo de vivir no está, ahora, presente en tu vida.

Son muchas las personas que se sienten perdidas, desorientadas, desconectadas de sí mismas, resignadas a dejar que el sufrimiento forme parte de su día a día. Algunas de ellas piensan que su realidad no puede cambiar o, en el peor de los casos, responsabilizan a los otros de su estado emocional.

Cuando llegas a una determinada edad y pasas por una crisis vital o profesional, muy probablemente la vida te esté dando el mensaje de que es hora de que empieces a plantearte recuperar el gozo de vivir que, en un momento determinado y por la circunstancias que fuesen, perdiste.

Y fíjate que la palabra clave es «regresar».  Se trata volver al estado inicial de entusiasmo por la vida, que no significa un estado de alegría constante.

COMO UN ROMPECABEZAS

Por mi experiencia personal y profesional, diría que la tarea de regresar al gozo de vivir es como recolocar las piezas de un rompecabezas. Cada persona es un mundo, tiene una historia, un contexto familiar, social y cultura diferente. Cada uno de nosotros tiene su propio rompecabezas.

En el regreso al gozo de vivir, algunos de nosotros sólo tendremos que recolocar unas pocas piezas. Para otros, tal vez, las piezas de nuestro rompecabezas van a ser más numerosas y complejas, y el trabajo de recolocación será más bien ardua y laboriosa.

Quiero compartir contigo 10 claves que creo que son vitales para recuperar la alegría de vivir, y que yo mismo he experimentado en mi proceso:

  • Date permiso para trascender las emociones dolorosas. Es difícil llegar al estado de gozo de vivir y a la alegría genuina, si primero no te has dado permiso para sentir y liberar la rabia, la tristeza, el miedo y el dolor, desde la vertiente más visceral y primaria, desde las heridas emocionales y corporales. Para llegar al amor auténtico a la vida, tienes que pasar por el peaje de permitirte el dolor.
  • Deshazte de antiguos patrones que ya no te sirven. Se trata de que tomes consciencia de los  mecanismos de evitación del dolor y programaciones mentales que te mantienen en un bucle y te impiden adaptarte a los cambios y llevar una vida ordenada y tranquila, y sustituirlos por otros más potenciadores.
  • Pon orden a la relación con tus padres y referentes. Para poder avanzar en la vida con alegría y serenidad, es de vital importancia que sanes las heridas con tus padres y lleves a cabo las conversaciones pendientes con ellos. Cuanto más amor, aceptación, paz y reconocimiento habite en tu corazón en relación a ellos, con más ligereza y alegría podrás caminar por la vida.
  • Conecta con tu cuerpo. El movimiento y la expresión a través del cuerpo es la mejor manera de desplegar tu SER, y cuando lo haces, es más sencillo contactar con tu potencial y abrirte a los demás.Y cuando te abres a otro, desaparece tu soledad y surge dentro de ti como una especie de sentido de pertenencia a una comunidad y a la vida.
  • Deshazte de la tristeza, rabia, miedo o culpa como estados de ánimo permanente. Muchas emociones que vives no te corresponden. Las incrustaste en tu infancia porque aprendiste que estas emociones eran menos dolorosas que la alegría. Y lo hiciste para adaptarte a determinadas circunstancias culturales o por fidelidades a tu sistema familiar, porque la tristeza, la rabia o el miedo era la única manera de ser aceptado o relacionarte con tus referentes.
  • Construye la vida que deseas. Encuentra tu sentido a la vida, haz lo que te apasiona, desde tus valores, y pon todo tu talento al servicio de los demás. Muchas veces lo que te pasa realmente es que estás sumergido en la tristeza porque, en el fondo, te estás echando de menos a ti mismo/a.

«Un ser humano que no sirve a los demás, difícilmente encontrará la alegría en la vida»

Julio Olalla
  • Trabaja tu estado de presencia. La presencia te abre las puertas a relaciones con los demás desde la sinceridad, el contacto, la ternura y la vulnerabilidad.
  • Incorpora la emoción de la alegría en tu vida, como hábito diario. Desde la autenticidad, sin caer en histrionismos. La alegría es la emoción de la celebración, y la puedes entrenar con la respiración, la postura corporal y los rasgos faciales.
  • Practica la gratitud. Si agradeces, también reforzarás la emoción del merecimiento, de que todo es un regalo, así como también tú eres un regalo para los demás.
  • Identifica y acepta tus luces y tus sombras. Toma conciencia del maravilloso ser que eres y, al mismo tiempo, de lo que no ves y no te gusta de ti mismo, aunque sean verdades incómodas, y, a partir de ahí, ábrete al cambio.

Aprendí de uno de mis maestros en Terapia Gestalt:

“No existe el estado de felicidad constante. Conocemos la felicidad y lo amoroso a través de las vivencias que empiezan y acaban”

Marcelo Antoni

El retorno al gozo de vivir requiere, a veces transitar, por un camino largo e incómodo, y sobretodo requiere que te des el permiso para que, con el acompañamiento de un profesional, puedas ir, pieza por pieza, reconstruyendo el rompecabezas del maravilloso SER que eres.

¿Te dejas acompañar?

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Con amor y gratitud,

Pere

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